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La Ciudad busca ampliar ampliar el padrón de electores

La Ciudad busca ampliar ampliar el padrón de electores

El gobierno porteño quiere duplicar el padrón de electores inmigrantes y apuesta a su vez a lograr un mayor apoyo de los residentes de los barrios a urbanizar

El Gobierno porteño despliega un programa para concientizar a los extranjeros sobre sus derechos políticos e inscribirlos en el padrón de votantes. En paralo, la Ciudad trabaja a contrarreloj para urbanizar las principales villas de emergencia, en el marco de un plan que implicará, hacia 2019, la mejora de la calidad de miles de extranjeros residentes de estos asentamientos, a los que se pretende convocar para dar una respuesta en las urnas.

Aunque los extranjeros residentes pueden votar para cargos locales desde 2000, pocos son los que ejercen este derecho. La Ciudad cuenta con más de 355.000 inmigrantes residentes mayores de edad, pero en 2015, según datos de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, solo podían sufragar 14.211. De ellos, solo el 37% se acercó a las urnas. Es decir, 5.257 personas.

Apenas iniciado el mandato de Horacio Rodríguez Larreta, desde la Dirección General de Reforma Política y Electoral se comenzó a desarrollar una política proactiva para convocar a más extranjeros al voto. A través del programa «En la Ciudad, votás», el año pasado tomaron contacto con más de 16.000 extranjeros que, en el caso de inscribirse, duplicarían en poco tiempo el tamaño del padrón.

Desde el área en cuestión desestimaron que el programa tenga fines proselitistas o partidarios. «Este plan está pensado para dar a conocer y ampliar derechos», definió Hernán Charosky, subsecretario de Reforma Política de la Ciudad. No obstante, el Gobierno porteño promueve al mismo tiempo un nuevo Código Electoral que reduce los requisitos para convertirse en elector y refuerza la obligatoriedad del sufragio.

En diciembre, el Ejecutivo porteño remitió a la Legislatura un proyecto que, de aprobarse, eliminará el actual requisito de acreditar tres años de residencia en la Ciudad y contar con el último domicilio real en la capital inscrito en el DNI. En el articulado del proyecto también se deja por expreso que cada votante extranjero tendrá la obligación de participar de los comicios. «Cuando se apruebe el Código, se simplificarán los procesos de empadronamiento», sinceró otro funcionario.

Las intenciones del Gobierno porteño, en material electoral, se tocan en algún punto con el desafío de urbanizar las villas de emergencia. En 2019, el PRO intentará revalidar los 12 años de conducción del distrito exhibiendo la integración de los asentamientos al ejido urbano y la conversión de sus habitantes en ciudadanos con derechos.

Según el último censo, más de 170.000 inmigrantes vivían en 2010 en villas, asentamientos y núcleos habitacionales transitorios (NHT) de la Ciudad. El 47% –cerca de 81.000 personas– eran extranjeros con edad de votar. También a ellos llegará la campaña del voto universal, secreto y obligatorio.

«No tiene nada de malo buscar un apoyo político cuando vos llegás a esa gente con cloacas, calles, alumbrado, escuelas y fuentes de trabajo», razonó un secretario de gobierno porteño.

El PRO sabe que en 2019 podría vivir una elección reñida, similar a la que coronó a Rodríguez Larreta en 2015 por apenas 54.000 votos. Entonces, el Jefe de Gobierno tuvo un magro apoyo extranjero: en las elecciones generales, el 43,7% votó por el FPV; el 34,1% lo hizo por el PRO, y el 15,4% optó por ECO. En el ballottage, el 54% de los votos fue para ECO y el 46% para el oficialismo. De ampliarse la base electoral extranjera (podría llegar al 1,20% del padrón electoral de Buenos Aires ), y ante un nuevo escenario cerrado, el voto inmigrante adquiriría un peso determinante. Por ahora, pasa desapercibido entre la mayoría de las fuerzas partidarias.

 

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